Los recursos de
solidaridad constituyen aquí una de las fuerzas de la cultura popular. Sobre
esta base, se busca en el barrio la Floresta a jóvenes que compartan los mismos
problemas de drogadicción, y que estén dispuestos a ayudar y a organizarse
actuando como monitores. Se trata de una acción solidaria de ayuda a los demás,
que a su vez, hace posible que estos jóvenes monitores realicen una acción preventiva
con respecto a sí mismos. El hecho de organizarse, de cuestionar la realidad y
problemática de las drogas, de responder a determinadas necesidades como el uso
del tiempo libre o la participación en determinadas actividades culturales no
sólo les permite ayudar desde una acción preventiva a los jóvenes del barrio la
Floresta a no caer en la espiral de la
drogadicción o a salir de la misma sino que también se convierte para ellos
mismos en una estrategia preventiva.
A partir de lo expuesto, el empowerment,
se produce en diferentes niveles de análisis: individual, grupal,
organizacional y comunitario. Es por lo tanto una constructo de multinivel.
Tanto el desarrollo como los resultados, varían en los diferentes niveles de
potenciación.
Se considera como procesos de
potenciación en el ámbito individual el aprender a tomar decisiones, manejar
recursos, o trabajar en equipo con otras personas, es decir, la potenciación
psicológica. Lo que incluye las creencias sobre la propia competencia, es
decir, la convicción de que se puede influir en los resultados; la comprensión
del entorno sociopolítico, referido a la comprensión critica; y los esfuerzos
por ejercer un control sobre el entorno, conociendo qué comportamientos o
conductas son los adecuados y necesarios para alcanzar dichos objetivos.
A nivel comunitario, los procesos
potenciadores pueden dirigirse a hacer accesibles los recursos de la comunidad
o a la apertura hacia el exterior de las estructuras sociales de la comunidad,
promoviendo un espacio real de encuentro para que sus miembros puedan
participar en los asuntos que les interesan o afectan, como se evidencia en la
problemática que presenta el barrio la Floresta.
La situación descrita representa un
proceso de empowerment que asume un nivel individual, grupal y comunitario. Si
esta asociación moviliza otros recursos de su propia comunidad, como por
ejemplo, conseguir el apoyo de otras estructuras mediadoras de su comunidad y
esta fuerza local consiga modificar la política local en pro de mitigar esta
problemática, se constituiría una muestra clara de empowerment ya que la
comunidad afectada, sus miembros y el apoyo organizativo han movilizado
recursos que les ha permitido controlar sus circunstancias y alcanzar sus
propios objetivos, en una lucha por optimizar su calidad de vida. En
definitiva, desde distintos niveles, y en específicamente desde un nivel
individual a uno comunitario, se ha producido un proceso de potenciación.
El modelo de empowerment dentro de
los modelos comunitarios seria de los que mejor integra el cambio social o
psicología de la liberación, demostrándolo con su objetivo final de entregarles
a las comunidades como a los individuos que la componen, el control de su vida
y mejorar el bienestar social.
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